martes, 17 de agosto de 2010

La pasión y el proceso

Despues de asistir a una brillante exposición del maestro Pepe Laso sobre "el Baloncesto como un juego individual", uno se convence de la pasión que transmite nuestro deporte. La pasión que se transmite entre entrenadores, entre entrenadores y jugadores, entre jugadores y aficionados... Esa pasión que es el motor, interactuando, y que nos hace fluir.

Como decía Pepe Laso: "la pasión es el brillo en los ojos".

El proceso del entrenador corresponde a un conjunto de acciones que, junto a esa pasión, nos lleva a fluir de las experiencias en el deporte.
Estas acciones son: observar, analizar, reflexionar y diagnosticar.

Si el proceso no cumple estas acciones, ya no hablaríamos de proceso como tal, sino del manejo de costumbres y por tanto de copiar, repetir,... y no avanzar. De ahí la grandeza del "proceso del entrenador", que tras diagnosticar sigue observando para volver a analizar y así poder ir mejorando en su propia actividad.

De hecho, aquel entrenador que es capaz de utilizar el argumento adecuado en el momento que corresponde es un entrenador con conocimiento. Y el dominio de éste le llevará la sabiduría, eso sí, nunca creyendo que todo se sabe, puesto que el proceso no termina nunca y todo es analizable y mejorable.



[apuntes propios sobre la conferencia de Pepe Laso "El baloncesto es un juego individual", en Alcobendas - junio 2010]

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